El diseño neuroestético constituye una intersección entre la neurociencia y la estética. Se trata de diseñar espacios comprendiendo cómo responde nuestro cerebro a determinadas opciones estéticas, como los suelos. El uso de suelos blandos puede influir en las emociones, mejorar el bienestar y redefinir los espacios. Pero, ¿cómo?
El papel de los suelos a la hora de mejorar las repuestas cognitivas y emocionales
El suelo es más que una mera superficie: es toda una experiencia sensorial capaz de cambiar la perspectiva y la funcionalidad de un espacio. De hecho, la elección del revestimiento de suelo puede influir significativamente en el resultado final. La textura, el color y el dibujo de los suelos activan nuestras respuestas emocionales, lo que los convierte en la base del diseño espacial.
Algunos pueden pensar que a la hora de elegir un suelo blando simplemente se trata de decidir entre losetas de moqueta o moqueta en rollo, pero hay muchos más elementos que tener en cuenta. Dependiendo de la funcionalidad y el ambiente que deba transmitir el espacio, seleccionar la textura, el color y el dibujo correspondientes debe ser la primera decisión de diseño.
¿Cómo pueden tener los suelos blandos un impacto positivo en el bienestar?
Biofilia: conectar a las personas con el exterior
Un artículo publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health (2023) descubrió que la exposición a elementos naturales en entornos construidos reduce significativamente los niveles de cortisol (la hormona del estrés), lo que conlleva una disminución del estrés y la ansiedad. La biofilia responde a nuestra necesidad de mundo exterior/natural y ayuda a fomentar espacios más sanos y productivos.
Sin embargo, el diseño biofílico no consiste únicamente en añadir plantas a los espacios, sino que también abarca elementos de diseño como suelos con patrones que imiten fenómenos naturales. Un fantástico ejemplo de ello en soluciones de moqueta es nuestra colección Handcraft. Sus diseños —Moss, Leaf, Willow y Grind— hacen honor a sus nombres (Musgo, Hoja, Sauce y Tierra molida en español), asemejándose a la belleza de estos elementos.
Ventajas acústicas del suelo: control del ruido
Los suelos blandos constituyen la solución neuroestética perfecta para espacios en los que el ruido puede resultar agobiante y molesto, pero, ¿por qué?
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que el ruido puede afectar significativamente a la salud mental y física de las personas en todas las etapas de la vida. En las oficinas, por ejemplo, el ruido afecta negativamente a los niveles de estrés y, a su vez, a la productividad de los empleados. Un estudio realizado en 2019 por el Grupo Remark, titulado Noise and Wellbeing at Work (El ruido y el bienestar en el trabajo), encuestó a 1000 trabajadores de oficina de Reino Unido y observó que el 65 % de los encuestados sentía que el ruido en el lugar de trabajo afectaba a su capacidad para trabajar, el 44 % informó de un impacto grave en su bienestar y el 40 % señaló que le causaba estrés.
Las moquetas, en particular, son una solución eficaz para reducir el ruido, ya que absorben el sonido aéreo, minimizan el ruido de impacto y reducen el eco dentro de un espacio. Los estudios demuestran que las moquetas pueden reducir los sonidos de impacto entre 15 y 25 decibelios, lo que mejora significativamente la confortabilidad acústica. Las fibras densas atrapan las ondas sonoras, impidiendo que reboten en las superficies duras, y una capa base adicional mejora aún más la absorción acústica, lo que hace que la moqueta sea una opción práctica para oficinas y otros entornos en los que el control del ruido es fundamental para favorecer el bienestar y la productividad.
Fuente: Organización Mundial de la Salud, Oficina Regional para Europa, «Health Topics, Noise» (https://www.who.int/europe/news-room/fact-sheets/item/noise)
Un diseño funcional y estético
Contrariamente a lo que se suele pensar, el diseño funcional también puede ser estéticamente atractivo. Si consideramos el suelo como un elemento clave en el proceso de diseño, podremos satisfacer tanto las necesidades funcionales como las estéticas sin sacrificar ninguno de estos aspectos. Veamos algunos ejemplos de cómo combinar estética y funcionalidad con ayuda de los suelos blandos:
Suelos personalizables: permiten a los diseñadores adaptar patrones, colores y texturas para adaptarse a la identidad de una marca o una visión específica del diseño. Esto mejora el ambiente y ofrece soluciones prácticas, como integrar en el suelo logotipos de empresa o estéticas temáticas. Con los suelos de moqueta personalizados, los diseñadores pueden crear propuestas visualmente impactantes, convirtiendo el suelo en una parte integrante del diseño espacial.
Creación de zonas: en oficinas diáfanas, hoteles o centros educativos, los suelos blandos pueden utilizarse para definir distintas zonas funcionales. Apostando por el diseño creativo mediante la incorporación de losetas de moqueta de diferentes colores y texturas, los diseñadores pueden separar sutilmente los espacios de trabajo, las áreas de colaboración y las zonas de descanso sin necesidad de recurrir a barreras físicas.
Orientación: los suelos blandos pueden servir como una herramienta de orientación intuitiva, que guía a las personas a través de grandes espacios como centros comerciales, oficinas, hospitales o aeropuertos. Mediante moquetas de colores o diseños en contraste, sutiles degradados, formas geométricas o motivos creativos, los diseñadores pueden mejorar el atractivo visual al tiempo que proporcionan indicaciones claras para encontrar el camino.
Por tanto, podemos concluir que el diseño neuroestético a través de los suelos blandos no solo mejora el bienestar de las personas, sino que también permite a los diseñadores expresar su lado creativo a través de su diseño espacial.
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